Historia

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Historia de la Farmacología en Costa Rica

Ronald González Argüello, Ph.D.
Mercedes Barquero García, M. Sc.
Mereya González Nuñez, Lic.


Desde la Universidad de Santo Tomás hasta la Universidad de Costa Rica

En este primer capítulo se reseñan los antecedentes de la enseñanza de la Farmacología ocurridos durante el siglo XIX en la Universidad de Santo Tomás (1844); luego, la creación de la Facultad de Farmacia (1897), hasta llegar al establecimiento de la Universidad de Costa Rica (1940).

La Universidad de Santo Tomás

El 3 de mayo de 1843, gracias a la tenaz labor del Dr. José María Castro Madriz, la casa de enseñanza de Santo Tomás obtuvo, mediante decreto, el grado de universidad (1). A principios del siglo pasado, dadas las deficientes condiciones de salud del país y la gran escasez de personal médico y farmacéutico, principalmente de los últimos, "urgía preparar, por medio del estudio y la práctica, a los inseparables compañeros de los médicos, a sus auxiliares inmediatos, a quienes debían confiar la salud y la vida de sus pacientes" (2).

Es así como, impulsado por el requerimiento de la sociedad costarricense de contar con farmacéuticos calificados que garantizaran la salud pública y lucharan por su mejoramiento, el entonces progresista Presidente de la República, Dr. José María Castro Madriz, decidió establecer, el 17 de enero de 1849, una cátedra de Farmacia en la Universidad de Santo Tomás. Pero esta cátedra no tuvo más suerte que el intento de 1848 cuando se le encargó al Sr. Santiago Bourdon la creación de la cátedra de Farmacia, oportunidad que la juventud costarricense no aprovechó ya que no hubo suficiente matrícula. La cátedra del 49, a pesar de las grandes necesidades del país, existió sólo en el papel, y el único año en que funcionó fue 1862, cuando se impartió un curso de Farmacia (3).

En 1874, se dieron cursos de Farmacia en el Hospital San Juan de Dios y, tres años después, el señor Fernando Muñoz se graduó como farmacéutico, aunque no conocemos la relación -si la hubo- de estos cursos y la Universidad de Santo Tomás. A la postre, el señor Muñoz fue el primer farmacéutico graduado en el país (4).




Universidad de Santo Tomás. Ave. 2, Calles 1 y 3
(actualmente edificio del Ministerio de Hacienda)

 
En cuanto a la cátedra de 1849, el artículo 2 del decreto Nº III de 1849 hace referencia a su programa de estudios:
El estudio de dicha ciencia se divide en teórico y práctico. El teórico durará dos años: en el primero se enseñarán las siguientes materias accesorias: "física-médica", "química-médica" y "zoología-médica"; y en el segundo se enseñará "farmacia-teórica". El estudio práctico durará dos años continuos y deberá hacerse, por ahora, en una botica pública bajo la dirección del catedrático de Farmacia o de cualquier otro profesor de dicha Facultad (5).

Llama la atención, en este primer programa de Farmacia de cuatro años, la materia denominada "química-médica". Aunque no se dispone de mayores datos acerca de esta asignatura, su mismo nombre y el hecho de que estudiara sustancias químicas y su aplicación medicinal, hacen pensar que, posiblemente, en ella se encuentren las raíces de la Farmacología en nuestro país.

Además de la cátedra de Farmacia, existió la imperiosa necesidad de contar con suficientes médicos. En varias ocasiones se trató de crear los estudios de medicina, de los cuales el Dr. Paulino González narra su trayectoria:

Durante el año de 1839 Don Braulio Carrillo intentó fundar una cátedra de la materia (Medicina) a cargo del Dr. Nazario Toledo, pero la falta de hospitales y otros instrumentos metodológicos impidieron la realización del proyecto. Lo mismo sucedió en 1844, en 1850 y en 1866 ya dentro de la Universidad de Santo Tomás hasta que por fin, en el año de 1872, por iniciativa del Dr. José María Castro Madriz, se enviaron a traer a Europa los instrumentos necesarios y se abrió la cátedra en aquellos momentos en que su gestor buscaba ampliar las miras de la Universidad. (6)

Hubo tres egresados de medicina, quienes recibieron el título de bachiller en 1877: Héctor Polini, Diego Robles y Juan Ulloa (7). Probablemente en estos estudios hubo enseñanza de lo que nosotros llamamos actualmente Farmacología. Una confirmación de esta hipótesis, se encuentra en el plan de estudios de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Santo Tomás, del año 1879 en el que se incluyen, en el quinto año, las asignaturas de Terapéutica y Materia Médica, que también aparecerán, luego, en el plan de estudios de la carrera de Farmacia de 1897. Lo cierto es que ni la carrera de Farmacia ni la de Medicina funcionaron adecuadamente, ya que, con el correr del tiempo, los estudios se deterioraban y el panorama general en la Universidad de Santo Tomás se volvió difícil. Por ello, es de suponer que la enseñanza de la Farmacología también haya tenido tantos altibajos como sus carreras madres. Todo este período finalizó con el decreto de don Mauro Fernández (Secretario de Instrucción Pública, Presidencia de Bernardo Soto, 1885-1889) y la confirmación del Congreso. El 20 de agosto de 1888 donde se clausuró la Universidad de Santo Tomás (8), entre otras, por las siguientes razones:

1) Que la Universidad no tenía organizadas las Facultades que constituían la vida propia de esa Institución.
2) Que las condiciones del país no eran un medio suficiente para organizar un centro de investigación puramente científico.
3) Que los estatutos y demás disposiciones que regían la Universidad no concordaban con los progresos de la ciencia ni con los medios de la condición social costarricense.
4) Que era indispensable la reforma de esas leyes y la creación de los elementos necesarios para que los estudios superiores pudieran desarrollarse en toda su extensión.
5) Que la Escuela de Derecho, única establecida en ese momento, reclamaba una organización completa, capaz de proporcionar todos los conocimientos que demandaban la naturaleza y la función especial de la ciencia jurídica (9).

Desgraciadamente hubo más voluntad política para cerrar la Universidad, que para luchar por su reorganización y mejoramiento.
Contrario a lo que pudiera pensarse, el cierre de la Universidad de Santo Tomás no fue el fin, con respecto a la Farmacología; más bien, marcó el inicio.

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